Lo anterior nos lleva a una clase política cada vez más alejada de la realidad y, aunque lo rechacen, todos inmersos en el frío mundo del dinero (por el soy capaz de vender mis ideas con la escusa de que después vuelvo, cosa que nunca ocurre).
Hoy, ser político no es ser un servidor de la sociedad, ni una persona que busca establecer canales de participación ciudadana, no, es que la política se ha vuelto un bien de consumo para quienes participan en ella. Ya no existen los ideales por los que antes muchos ingresaban a defender principios, sino como me sirvo del poder para mi propio beneficio.
El último acto "POLÍTICO" (con mayúsculas) realizado por la hoy oposición fue cuando, a pesar de que no les convenía, votaron, por principios, contra los senadores designados. Después de ello cada cual ha sabido cuidar sus propios intereses y se agrupan tras quienes pueden permitirles mantener o subir en la cuota de poder alcanzada, que si los estudiantes, las empresas, la naturaleza, los animales, etc. me permiten mantener o, mejor aún, subir mi cuota de poder son elementos válidos para ser utilizados porque me permiten "a mi" seguir teniendo o tener más ingresos para costear mis gastos.
La Concertación murió por lo anterior, porque ya no era un proyecto país, sino una suma de proyectos personales que utilizaban al pueblo para los objetivos propios de cada uno de sus elegidos (políticos).
Pero no quiero establecer una crítica ni una discusión respecto a si murió, agoniza o vive la Concertación, ni quiero culpar a uno u otro político por mantener sus propios principios por sobre los del país (se que al señalar eso todos dirán que, por suerte, no me refiero a ellos en particular), sino que, mi objetivo, es buscar establecer el futuro.
Necesitamos políticos que sepan luchar por los ideales de la gente, necesitamos políticos generosos que sepan formar a los jóvenes que vienen, necesitamos políticos audaces capaces de ir contra el orden establecido cuestionándolo y no dejándose comprar por unos pesos más, necesitamos políticos con capacidad de escuchar al pueblo y de ser la "voz de quienes no tienen voz" transmitiendo sus requerimientos en las instancias correspondientes, necesitamos políticos convencidos que puedan lograr acuerdos que reporten beneficios a sus electores reales (se que quienes los financian son, también, electores de ellos, pero a los que buscamos son a quienes sean capaces de mantener la independencia de sus propios bolsillos), necesitamos políticos capaces de unir, de buscar acuerdos y de defender a quienes, efectivamente votan por ellos. Si los encontramos ellos serán los primeros en ser elegidos; serán los primeros en motivar, en forma real, a inscribirse en los registros electorales a los jóvenes porque verán "políticos para la sociedad" y no "políticos para la suciedad". Esos son los llamados a ser elegidos, no aquellos que son serviles a mis propósitos por lo que los impongo dentro de mi coalición.
Se que dista mucho de llegar a tener personas así, se que ellos no tienen opción a cargos públicos porque "pueden traicionar los intereses de los de arriba", pero soñar no cuesta mucho y alguna vez, aunque sea en forma excepcional, tendremos algunos de ellos en puestos de avanzada. Los reconoceremos porque estarán rodeados de aves de rapiña que representan el poder fáctico y el poder económico tratando de comprarlos.
Por mientras, mi análisis político me señala que debemos unirnos bajo "principios", bajo "líneas de acción" comunes. Para ello señalo que, así como en un momento nos unimos para obtener la democracia para nuestro pueblo y que, obtenida ésta, no tuvimos la capacidad de generar puntos de unión programática reales y con efecto en la población que nos mantuviese en el gobierno, sólo el lograr dicho objetivo debe ser nuestro norte.